miércoles, 8 de julio de 2009

Cristianos en la arena

No sé si os acordaréis, y creo que es la primera vez que se habla de deporte en este blog, que hace unos 40 días el F.C. Barcelona culminó lo que objetivamente es la mejor temporada de su historia, tres títulos en una temporada, con relativa facilidad y desplegando un juego comparable a los mejores que se han visto en esos equipos ya metidos dentro de la onomástica futbolística. No hay más claro ejemplo hoy por hoy de lo efímero del éxito. Una buena campaña de puro marketing puede hacerle cualquier cosa a la propia realidad.

La mayoría de las portadas, tanto deportivas como en las de información general o en diarios regionales trajeron ayer una foto a todo color de nuestro amigo Cristiano Ronaldo y su magnificente presentación en el Bernabéu, que nadie caiga en el error, hay camisetas, hay balones, hay estadios, copas, escudos… pero esto no tiene nada que ver con el fútbol, tomando claro la acepción habitual, que dice que es un deporte.

Un poligonero de Madeira, un brasileño legionario de cristo y un rapao de los suburbios de Lyon se vienen a jugar al futbol a Madrid, sin parafernalia mediática todo parecería normal. Detalles, una campaña ejemplar para el público al que va dirigida (es decir, chabacana, imbécil, ególatra y completamente sensacionalista) y piropeada por el trozo de papel más leído a diario en este país (cosa también digna de lamentar) hacen el efecto unidos a más de 200 millones de euros a tocateja y con los tiempos que corren…

Los exaltados intermitentes, es decir, ese tipo de gente que se hace fan de un grupo en Facebook del tipo “más dinero para comer y menos para el fútbol” y acto seguido se preocupa de si Madonna se ha hecho un tatuaje en el culo o si tal estampado esta de moda, no debería pensar que esto es una cifra desorbitada o absurda, cuando un empresario de tal calibre (para que nos vamos a engañar) se gasta dinero, no es para perderlo, aunque tenga que asumir sus riesgos.

Aquí radica pues la tristeza del asunto: una sociedad en la que marcan el tono deficientes mentales que llenan estadios y se quedan roncos de chillar subnormalidades; cada vez más liberal, vacía, consumista y tan estúpida como para hacerle pensar, y con verdadera razón, a un empresario que es rentable este tipo de negocio. Si éstas se han convertido en las cosas que una sociedad se ilusiona o demanda para ocupar su tiempo libre no es a la crisis a quien deberíamos temer, es nuestra soberana idiotez lo que va a provocar que licenciados universitarios acaben vendiendo camisetas en el Corte Inglés o moviendo sus culos al extranjero.

martes, 23 de junio de 2009

23 de Junio, 1985

Alrededor de las 07:14 hora del meridiano de Greenwich, “squawked 2005” la señal del transponder el Boeing 747 de la compañía Air India que cubre la ruta Toronto-Bombay desaparece del radar del del International Shannon Airport (Irlanda) sin emitir ningún tipo de señal de alarma o mayday.

Los 307 pasajeros y 22 tripulantes de la aeronave murieron cayendo a aguas del Atlántico, pocos minutos después el ATC activa el protocolo de alarma y se pide a los cargueros de la zona que verifiquen el suceso. Menos de dos horas después el Laurentian Forest descubre un escenario dantesco de hierros, maletas y cuerpos flotando a unos 190 kilómetros de la costa del condado de Cork.

Muchas casualidades se dieron para tal fatal suceso, entre otras, que la maleta portadora de la bomba fuera aceptada en el check in del aeropuerto de Vancouver pese a que su propietario estuviera aún en la lista de espera del por entonces habitual overbooking, también, que el avión se retrasara 55 minutos, lo que provocó que aún no hubiera entrado en el espacio aéreo británico. Si el avión no se hubiera retrasado, el artefacto hubiera explotado con el avión haciendo escala en Heathrow tal y como lo hizo ese mismo día otro en el aeropuerto de Narita, Tokyo, matando a dos operarios.

No fueron encontrados responsables de la matanza vivos y el juicio, el más caro de la historia canadiense hasta el momento duró casi veinte años, la pena más dura fue para el fabricante de los dos artefactos. Terminó su condena en 2007 saliendo de la cárcel sin emitir declaración alguna. El resto de los imputados fueron declarados inocentes por falta de pruebas.

A la misma hora que este avión desaparece del radar, un celador bigotudo y sudoroso acaba de terminar el turno de noche, corre a través de los pasillos de un hospital con un ya retirado uniforme a medio cambiar y una felicidad impaciente en su cara, su segundo hijo acaba de nacer.

Es innegable que el poder del destino nos pone en diferentes lugares definiendo casi todo, incluso la vida o la muerte, ese niño jamás conoció la tragedia hasta hoy y pocas veces ha pensado durante su vida qué derroteros de la ciencia, la mística o el más libre albedrío le hicieron nacer en ese momento, en ese lugar y no en otro, con ese aspecto, de esa forma.

Ese niño terminó siendo aeronáutico, pacifista y especializado en armamento, digamos que pese a ser muy cruel a la realidad nunca le faltó ironía.

viernes, 12 de junio de 2009

Finales, principios y expectativas.

Pues vaya, sí que hace tiempo que está esto abandonado.

Y poco haremos hoy porque tengo un examen dentro de tres horas, supongo que lo llevo bien si estoy aquí perdiendo el tiempo.

Muchas son las cosas que han pasado en estos dos meses y que me hubiera gustado comentar. La desidia, el infortunio o el simple olvido las han dejado en el tintero, porque tiempo siempre hay.

Entre ellas, pues se me ocurren por ejemplo la moda que extendió en los empleados franceses de secuestrar a sus jefes si decían que les iban a someter a un ERE (esta gente sí que sabe como negociar con sus líderes, que se lo digan al cuello de Louis XVI. Que Sarkozy no se ponga más tonto de lo que acostumbra, que es mucho). La cara de lastimica del jefe de 3M encerrado en su despacho era para verla.

Los últimos devaneos de nuestros amados políticos, el aborto, Gürtel, Garzón y demás parafernalia diaria sin contar por supuesto con una campaña para las europeas constructiva e interesantísima, ejem.

Bolonia, mejor me ahorro comentarios porque si no lo explico pausadamente el que leyera este blog podría echarseme al cuello. (Gracias a mis pocos fans, os quiero, contad con que estáis entre un grupo muy selecto).

Otra de nuestra querida Esperanza, multar a las almas caritativas que decidieran acoger a un inmigrante ilegal en su casa. Vomitivo como poco, seguid votando madrileños míos.

La venta de la niña de Slumdog Millonaire o la posible muerte de los padres del niño, bulos o realidad, no me extrañaría nada que fuera cierto. Nadie se creyó lo de Lady Tabares al principio, pero pocos años después de la película la mayoría del reparto había muerto y ella sigue en la cárcel.

Y noticias noticiosas, el fin de Altamirano 36 está cerca, pero no temáis tanto el título como la sustancia, o insustancia, de este blog permanecerá intacta sea cual sea el futuro del que escribe, a no ser que mi coautor prefiera otra cosa.

Bueno chicos, se acerca el final del curso y acaban de comenzar los examenes, qué nos deparará el verano y lo que venga detrás. ¡Que no os corroa el ansia!

¡Vaya! (y no es coña). Un helicoptero azul, rojo y blanco sobrevolando mi casa.

Zapatero, lo que viaja este hombre.

jueves, 2 de abril de 2009

ER. And in the end...

Esta noche emite su último capítulo de la durante 15 años incorruptible Urgencias.

Que una serie haya podido permanecer en pantalla con el nivel con el que ha acostumbrado a sus seguidores supone un gran mérito, haciéndola una de las series que estudiarán generaciones venideras que se dediquen a esta disciplina.

Impacta sin duda, lo que el mundo de los seriales televisivos ha cambiado desde que el en 1994 sonó por primera vez la característica música de la cabecera. Este momento supuso un antes y un después del dominio de ABC y sus series típicamente moralistas para dejar el prime time televisivo en manos de la productora de Steven Spielberg, todo gracias a la creación del genial y recientemente fallecido Michael Crichton.

15 años donde se puede ver como ha cambiado la televisión, el mundo de la medicina y por aun más la realidad mundial y la tecnología (véase que en las 4 primeras temporadas ni siquiera había móviles). 331 capítulos plagados de grandes actores, grandes historias y una técnica narrativa, calidad interpretativa y genialidad argumental jamás utilizada antes en televisión.

10 años tenía cuando se estreno en la infame TVE y estaba en primaria, ahora estudiando mi segunda carrera y viéndola por internet, como cambian las cosas.

¡Hasta siempre!

viernes, 13 de marzo de 2009

You suck

Our enormously productive economy... demands that we make consumption our way of life, that we convert the buying and use of goods into rituals, that we seek our spiritual satisfaction, our ego satisfaction in consumption... we need things consumed, burned up, replaced and discarded at an even accelerating rate.

Victor Lebow (1942)

Verdades como puños en veinte minutos. (Cosas que se aprenden en mis nuevas ocupaciones)

domingo, 22 de febrero de 2009

Oscars 2009 (y VI). Palabras que no se llevó el viento.

Frost/Nixon

Ron Howard (2008)

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Para cerrar el capítulo de los Oscars nos queda Frost/Nixon. Puedo afirmar, que, en mi opinión, ésta es la verdadera sorpresa de este año, rara vez una película semidocumental y sobre hechos puramente políticos ha llegado hasta estas cotas de visibilidad.

Nos situamos en 1977, Richard Nixon ha dimitido por los varios escándalos que salpicaron su presidencia y ha pasado varios años en el absoluto ostracismo. David Frost, un presentador bastante conocido pero con una estela de mediocridad tras varios programas tipo Talk Show o Esta pasando emite una oferta tan inteligente como arriesgada, una entrevista cara a cara con uno de los mayores dominadores de la dialéctica de la historia de la política.

Empezando con una estructura documental, acaba recreando lo que fue en realidad una verdadera batalla de argumentos, control del tiempo, de la temática y de la superioridad psicológica. Cayendo evidentemente en dos armas preferentes de la política, utilización magistral de la demagogia y del populismo.

Ambos actores cumplen de sobra su papel, Michael Sheen, el Tony Blair de The Queen, al que algún día me gustaría ver haciendo un papel de malo y Frank Langella que hace una caracterización bastante libre del denostado presidente que no queda demasiado mal. Puede que se lleve el Oscar por lo relevante de su personaje.

Película para estar concentrado en los detalles y muy apropiada para horas y horas de debate derivado.

Esta noche el desenlace. Mañana ojeras para el trabajo.

viernes, 20 de febrero de 2009

Oscars 2009 (V). La del Holocausto de todos los años

The Reader

Stephen Daldry (2008)

Cuenta la rumorología hollywoodiense que la ampliación de categorías de la que se ha venido hablando desde hace mucho tiempo ha de incluir una, que se llamará Mejor película sobre el Holocausto del año (en España deberíamos tener la de Mejor película sobre la Guerra Civil de tal o cual año, José totalmente convencido desde que me abrieras los ojos en este sentido).

Pues sí, The Reader es la mejor película sobre el Holocausto del año, y en el baúl de sus méritos ha de incluirse que aun recurriendo a un tema tan intenso como es el de la muerte de 40 millones de personas lo hace de forma aséptica y no se aprovecha demasiado de este hecho.

Kate Winslet opta al Oscar a mejor actriz por su interpretación de la iletrada Hanna Schmitz, una carcelera nazi que acabaría con sus huesos en la cárcel. La historia, es una más, y digo una más porque no tiene nada de especial de esas que se cuentan sobre esta época, y que tanta impresión nos han causado película tras película.

Extraño es, también, que el Oscar (si es que se lo lleva) vaya a ser por esta película y no por Revolutionary Road (nominada a mejor película) y abre el interrogante de si en esta institución se dan los premios por la verdadera calidad interpretativa o por destacar sobre un fondo mediocre (como pasa en esta película).

Dejará bastante indiferente la historia de amor y el burdo final, que no llega a conmover pese a ser bruto y bastante previsible.

A salvar, las interesantes, aunque breves, disquisiciones que se presentan a la altura de los juicios de Nüremberg de qué es la legalidad y la justicia y de cómo fue administrada en este caso.

Oscars 2009 (IV). Grandes historias

Milk

Gus van Sant (2008)

De grandes historias vienen los Oscars de este año, como contrapartida a The

Curious Case… esta película esta basada en un hecho real, que es la vida de Harvey Milk, el primer político homosexual de la historia de Estados Unidos.

Sin menospreciar a la película, que es de excelente calidad en muchos sentidos, con una historia como esta se tiene mucho ganado. Las biografías de mitos como este siempre conducen a buenos resultados. Aún así, Gus Van Sant, un director bastante mediocre en mi opinión, podría haber sacado mucho más jugo de esta historia. Alguien con más talento hubiera hecho de este guión una película a recordar, al igual que podría haber pasado con El indomable Will Hunting.

Despellejamientos aparte, Milk es una película interesante, bien estructurada y de narración medianamente conseguida. No aburre y aunque no consigue recrear demasiado bien el ambiente del San Francisco de los años 70 como otras películas tiene como mérito el no haber caído en la polémica barata o el victimismo dejando un alegato a favor de la libertad sexual e igualdad de derechos muy digno y contundente.

Lo mejor de todo, un Sean Penn que pierde aceite por todos los lados de forma muy verosímil, transformándose, como ya ha hecho otras veces, de forma magistral. En mi opinión y sin ver a Mickey Rourke y Richard Jenkins en sus respectivas películas, debería llevarse la estatuilla. A destacar también el papel de Josh Brolin, nominado a mejor actor secundario, se merece llevarse el premio.

Sin ser una película imprescindible, ineludible es conocer la historia de este mito homosexual que rompió, con gran mérito en su época, otro de los fundamentos hipócritas de la sociedad americana.

martes, 17 de febrero de 2009

Oscars 2009 (III). La sorpresa, el fenómeno y la polémica.

Slumdog Millionaire

Danny Boyle (2008)

Por extrañas razones que pueden dar para páginas y páginas, directores como

Danny Boyle hacen grandes obras como fue la ya película de culto Trainspotting y pasan diez años haciendo basura tras basura de forma intencionada. Afortunadamente y por razones místicas estos directores vuelven a aparecer bajo los focos de tiempo en tiempo con alguna buena película, este es el caso de Slumdog Millionaire.

Cierta originalidad y buen argumento es el que ofrece este largometraje algo coral centrado en la vida de Jamaal Malik y de cómo un perro iletrado de los suburbios de Bombay puede llegar a contestar las preguntas del conocido programa ¿Quién quiere ser millonario?

Poniendo como excusa la respuesta a las preguntas de la versión india de Carlos Sobera, esta película repasa las sufridas vivencias que desde pequeño ha de afrontar este atormentado personaje. Su actor, pese a tener presencia con la cámara deja escapar una oportunidad muy buena para hacer un buen papel, ya que es bastante inerte a las cosas que le pasan durante la película, no se si por exigencias del guión o por impasividad propia, una pena.

No podía faltar la eterna historia de amor (como dijimos, tan cinéfila) con Latikah y todas las vivencias que este par de inconscientes tienen a lo largo de sus vidas. Agradable es ver, una vez más, la impactante escena India, llena de matices y colores pese a recrear ambientes pobres y sucios, la iconografía de este país es algo que personalmente me ha gustado desde siempre.

Interesante película sobre todo en sus momentos iniciales, con originalidad en su forma y con un final made in Bollywood que deja al espectador poco habituado a estas explosiones de bailoteo eléctrico un poco perplejo.

viernes, 13 de febrero de 2009

Oscars 2009 (II). Todo para arrasar, algo que ofrecer.

The Curious Case of Benjamin Button ......... David Fincher (2008)

Presentarse frente a una película sin saber nada de ella es una ventaja frente a la sorpresa. A mitad de enero todavía no había llegado el halo de basura mediática que suele rodear a este tipo de películas y ello le dio la capacidad para sorprenderme gratamente, no habría estado tan predispuesto después de la algarabía de carteles que han empapelado Madrid estos días.

The curious case of Benjamin Button es una película de la que se hablará durante mucho tiempo ya que goza de la originalidad propia y la magnificencia de las grandes historias, del estilo Forest Gump. David Fincher vuelve de nuevo a dar en el clavo aunque no de manera tan certera como ya lo hiciera con Se7en o The Fight Club. Pese a todo, esta película sí que tiene todo para triunfar y llevarse un carro de estatuillas (tiene 13 nominaciones) y es que este director, o su productora, ha aprendido de sus errores y ha sabido rodear una película talentosa de ese envoltorio de éxito que hará que sea la gran triunfadora de este año (si es que la Academia no nos sorprende, cosa que pasa de vez en cuando).

Sin entrar en disquisiciones de si estamos ante un nuevo English Patient y valorando la película, ésta podría calificarse de excepcional en cuanto a su narración, completamente estructurada y verosímil pese a estar rodeada de un realismo mágico que, sobre todo al principio la envuelve en una nebulosa típica de los cuentos fantásticos. Posteriormente, la historia cogerá un excelente hilo argumental que capta la atención durante las dos horas que le quedan a la película, cosa muy meritoria.

Brad Pitt sigue dejando perlas de nivel interpretativo por encima de lo común, estando Cate Blanchett a la altura de las circustancias. Estos dos actores quedan unidos pues por una de esas historias que no se olvidan, donde se le permite a ambos el lucimiento personal con un guión que acompaña y una historia propicia para momentos muy intensos. Por otro lado, lo de Brad Pitt es bastante sorprendente, lleva una racha de películas donde tiene actuaciones enormes y, le tenemos para rato en muchas otras futuras, aterrador.

A destacar, el enorme esfuerzo de caracterización de los personajes en muchas partes de la película, pese a vivir en el mundo de la mentira visual, sigue sorprendiendo lo que puede hacer un ordenador y unos cuantos trozos de látex.

Con todo esto, este curioso caso quedará en la memoria de los que vean esta película como una fábula de cómo se puede vivir la vida o de cómo debería vivirse, del amor eterno (tan cinéfilo) y de la fuerza que tiene el destino.

Llevad reparado el moquero para alguna de sus escenas.

domingo, 8 de febrero de 2009

Oscars 2009 (I). Mucho de lo bueno para más de lo mismo.

En mis próximos posts, y debido al tiempo libre del fin de los exámenes os iré contando algo sobre las películas que compiten este año por el dorado Oscar de la academia.

Revolutionary Road

Sam Mendes (2008)

Como ya hiciera en American Beauty, este magnífico director vuelve a desmontar la vida americana desde dentro. Hizo falta por aquella época que Kevin Spacey tuviera sueños subidos de tono con la amiga de su hija y que un pirado que grababa bolsas aparentara ser homosexual para ganarse la vida vendiendo marihuana. Sin embargo, en este caso no se utilizan elementos tan grotescos como los que en 1999 hicieran ganar a este director 5 Oscars, entre ellos el de mejor película.

Revolucionary Road presenta una pareja acomodada de mitad de los años 50, con casa con jardín y televisión de madera de pino. Desde el primer minuto, desgrana los sueños y las pasiones de sus personajes que, tras un noviazgo bohemio y pasional se encuentran con dos hijos y una vida por delante llena de hastío y rutina.

Pese a ser un largometraje escaso en cambios de ritmo y ambiente, no deja a un lado en ningún momento la tensión escénica que, sus protagonistas, infunden en cada palabra y cada gesto, de una forma casi teatral. Kate Winslet y Leonardo Di Caprio se resarcen así de su anterior largometraje juntos, el infame Titanic. Ambos actores ya han venido demostrando estos años el nivel y el talento que poseen y con esta película rubrican un ciclo muy importante en sus carreras, el de desembarazarse de una iconología de actor de quinceañeras por un lado y de actriz mediocre y gris, por otro. Los hechos acaecidos entre las paredes de la casa alcanzan en algún momento un nivel casi claustrofóbico de cómo dos personas pueden llegar a destruirse, literalmente.

Y queda así, una gran obra que destapa de nuevo los sentimientos más profundos y oscuros de la sociedad americana y que desmitifica todo tipo de simplezas morales y hechos consumados.

Mencionar por último la nominación de esta actriz por otra película, The Reader, en la que no hay espacio para la mitad del talento interpretativo que se demuestra aquí, pero ya sabemos que bien bonita queda y cuanto vende una película sobre el Holocausto.

Próximo post, El curioso caso de Benjamin Button.