Presentarse frente a una película sin saber nada de ella es una ventaja frente a la sorpresa. A mitad de enero todavía no había llegado el halo de basura mediática que suele rodear a este tipo de películas y ello le dio la capacidad para sorprenderme gratamente, no habría estado tan predispuesto después de la algarabía de carteles que han empapelado Madrid estos días.
The curious case of Benjamin Button es una película de la que se hablará durante mucho tiempo ya que goza de la originalidad propia y la magnificencia de las grandes historias, del estilo Forest Gump. David Fincher vuelve de nuevo a dar en el clavo aunque no de manera tan certera como ya lo hiciera con Se7en o The Fight Club. Pese a todo, esta película sí que tiene todo para triunfar y llevarse un carro de estatuillas (tiene 13 nominaciones) y es que este director, o su productora, ha aprendido de sus errores y ha sabido rodear una película talentosa de ese envoltorio de éxito que hará que sea la gran triunfadora de este año (si es que la Academia no nos sorprende, cosa que pasa de vez en cuando).
Sin entrar en disquisiciones de si estamos ante un nuevo English Patient y valorando la película, ésta podría calificarse de excepcional en cuanto a su narración, completamente estructurada y verosímil pese a estar rodeada de un realismo mágico que, sobre todo al principio la envuelve en una nebulosa típica de los cuentos fantásticos. Posteriormente, la historia cogerá un excelente hilo argumental que capta la atención durante las dos horas que le quedan a la película, cosa muy meritoria.
Brad Pitt sigue dejando perlas de nivel interpretativo por encima de lo común, estando Cate Blanchett a la altura de las circustancias. Estos dos actores quedan unidos pues por una de esas historias que no se olvidan, donde se le permite a ambos el lucimiento personal con un guión que acompaña y una historia propicia para momentos muy intensos. Por otro lado, lo de Brad Pitt es bastante sorprendente, lleva una racha de películas donde tiene actuaciones enormes y, le tenemos para rato en muchas otras futuras, aterrador.
A destacar, el enorme esfuerzo de caracterización de los personajes en muchas partes de la película, pese a vivir en el mundo de la mentira visual, sigue sorprendiendo lo que puede hacer un ordenador y unos cuantos trozos de látex.
Con todo esto, este curioso caso quedará en la memoria de los que vean esta película como una fábula de cómo se puede vivir la vida o de cómo debería vivirse, del amor eterno (tan cinéfilo) y de la fuerza que tiene el destino.
Llevad reparado el moquero para alguna de sus escenas.
1 comentario:
No sé si la habrás visto o no, pero en plan nacional he visto esta noche "Camino" y me ha encantado (pero prepara el clinex, es un dramón de los que hacen época).
Espero que vaya bien las cosas por allí y nos veamos pronto. :D
¡Abrazos!
Publicar un comentario