sábado, 1 de noviembre de 2008

Trois couleurs: Bleu

Krzysztof Kieślowski (1993)

Es poco frecuente, pero a veces ocurre. El cine se manifiesta en una de las formas más arriesgadas, una de las pocas manifestaciones en las que una película se pone al borde del precipicio para apostar el todo o nada.

Normalmente, en estos casos, el riesgo entraña catástrofe, este tipo de películas acaban en un batacazo tan grande que dan pena y machacan la paciencia de uno, sobre todo si se ha sentado con ganas de ver algo que pueda recordar años después o por lo que merezca la pena morirse de frío en pleno noviembre en casa de uno.

Que una película haga ambas cosas, que se arriesgue a acercase a ese límite y que además no traspase esa línea, que sea capaz de frenar, equilibrarse y andar tan cerca del caos con magnificencia y maestría es algo infrecuente entre lo poco frecuente, valga la redundancia, algo muy difícil de ver.

Bleu es la primera de una trilogía poco conocida para el gran público (yo incluido hasta ahora) titulada Trois Couleurs. En ella el director Krzysztof Kieślowski intenta recoger la esencia de los tres ideales revolucionarios franceses. Blanco y rojo, como ya supondréis recogen los dos últimos, dejando la libertad para esta película.

Poco hay que contar de la historia, el hilo argumental es tan interpretable que resumirlo es completamente inútil, la protagonista, el amigo compositor, el marido muerto, la prostituta, la amante… parece una historia corriente, así como su final, que, aunque quede abierto de una forma magistral, sin dejar la historia inacabada, queda lleno de preguntas.

Nuestro ya amigo de nombre impronunciable consigue con esta grabación una historia visual, en la apetece guardar cada fotograma. Cada uno es ejemplo de maestría en la utilización del color y de la luz. Este manejo no solo es un deleite visual para el espectador sino que su composición participa en la historia reflejando el estado de su personaje principal, transportándolo, como si el guión estuviera escrito a través de la fotografía y no al contrario, dejando a Juliette Binoche como directora de orquesta, comiéndose cada escena con su gesto frío, triste, azul. Deja para esta historia una identidad difícil de definir, fantasmagórica y radiante.

Andaremos por el precipicio desde el comienzo, a mitad de la película el interés decae un poco y estamos a punto de precipitarnos, pero acabaremos satisfechos de habernos arriesgado, y con ganas de más.

Estoy deseando ver la trilogía entera.

3 comentarios:

xinocore dijo...

Hola Pablo.

Encantado de leerte por los mundos cibernéticos.

Ví la trilogía de Kieślowski, hace ya unos años. Bien, no tengo el recuerdo muy fresco, ni la opnión muy formada, pero sí que recuerdo el sentimiento que me produjo esta película: una muy buena utilización estética de los colores que titulan sus películas y, en el caso concreto de Azul, una curiosidad hacia la película debida a la gran carga simbólica que contiene. Otra cosa es que no acabé de descifrar estos símbolos por completo, por lo que me quedé a medias. Muy acertados tus comentarios acerca de la película.

Blanco no me gustó, me pareció insulsa. Rojo ni la recuerdo XD.


Un abrazo

José dijo...

Debe ser una de estas películas con las que nos podemos enzarzar en discusiones durante años sin que ninguno de los dos llegue a moverse un ápice de su posición. Así que sólo te haré una pregunta: Dado que te ha gustado tanto ¿contemplas la posibilidad de pagar por ella? Así el autor ese raruno, que ha tenido la poca vergüenza de no pensar un título en condiciones para su película, podría comer al menos uno de cada dos días y podría hacer más cine para gente que necesita pagar (o descargar) para que les den argumentos en los que pensar.

Hala, espero haber creado suficiente polémica para generar algún tipo de debate

VIVA GEORGE LUCAS Y SU CINE COMERCIAL/ENTRETENIDO!!!!

--pab7oAB-- dijo...

generar polémica es algo a lo que te deberías dedicar profesionalmente, aunq creo q lo haces ya...

he de decir en mi defensa que si que pago por lo que veo, leo o escucho, en la mayoría de las ocasiones que voy al cine, a un concierto o leo un libro, de todas formas, con precios de a 7 euros por ver una película van a terminar por que nos quedemos en casa.

no nos vamos a meter en la discusión de que el arte debería se un bien común y un derecho, tal y como lo es la educación, es mu tarde y es domingo

por otro lado, la mayoría de las películas que veo, o están descatalogadas o son lo suficientemente antiguas como para que me tenga q patear madrid para encontrarla (no todo esta en tu querida FNAC) y en versión original pues ya ni te cuento...

por otro lado el señor Kieslowski la palmó hace ya algunos años y no puede comer, sus herederos que se jodan, así, basicamente

por ultimo y teniendo en cuenta que george lucas es un director al que le tengo respeto por haber hecho dos películas buenas en su vida(y eso es un gran métrico), bueno no, solo ha hecho una, pues te acepto la proclama, pero estoy en total descuerdo que comercial y entretenido tengan algo que ver

un abrazote!