domingo, 16 de octubre de 2011

Volviendo a Sol


No hay nada como una noche de insomnio febril y alucinación por sobredosis de ibuprofeno para volver a retomar un blog abandonado la friolera de dos años y tres meses.

Qué hay de nuevo amigos lectores (ya seais virtuales, ocultos o quizá inexistentes), un servidor se vuelve a presentar y de nuevo redefine este blog como lugar de vertido descontrolado y probablemente poco ecológico de pensamientos propios y ajenos (¡mis queridos colaboradores!), como siempre con el intento de acercarse a la realidad y tras el mas justo filtro del sentido común que, como dicen, es el menos común de los sentidos.

Muchas cosas han pasado durante este tiempo, haciendo referencia a mi último post, a Cristiano Ronaldo le ha dado tiempo a meter casi 100 goles con el Real Madrid, Kaká es un cadáver futbolístico y el tercero en discordia está aun sin definir, suertes dispares pese a partir todos del mismo lugar y circunstancia. Supongo que igual será para todos vosotros, espero que hayáis metido muchos goles durante este tiempo, figuradamente hablando, se entiende.

Al que os escribe nadie le tiene envidia por ser guapo, rico y jugar bien al fútbol, como diría nuestro amigo de Madeira, pero sin duda no tiene nada de lo que quejarse, más bien lo contrario.

Y qué decir de este nuestro mundo en los dos últimos años: que partíamos de una crisis temporal que se ha convertido en crónica, que tenemos más y más herramientas para comunicarnos y cada vez estamos más solos y desinformados, que es octubre y que estamos en verano, que la gente está indignada, se manifieste o no, o reniegue del termino porque sus diarios de a bordo no les permitan salirse del programa. Otros, unos pocos, lamentablemente viven totalmente anestesiados.

Pero no desesperemos, pese a los altibajos, si trazamos una regresión lineal en lo que a dignidad humana se refiere, desde nuestros más primarios ancestros ésta sale claramente positiva por lo que, si en miles de años no ha cambiado la tendencia, confiemos que así se mantenga.

Tenemos que mirarnos con urgencia lo de mantener en la más absoluta miseria a millones de personas de nuestra especie, a destruir lenta pero sistemáticamente a otras y lo de meter debajo de la alfombra toda la toxicidad que creamos, lo de permitir que intereses individuales o grupales estén por encima de los mundiales, globales.

Hay muchos luchando por mejorar este mundo, más de los que la gente se piensa pero lamentablemente menos de los que se necesitan. En todo caso, vamos a ser optimistas hoy que hemos visto a miles de personas en Madrid y millones en muchas otras ciudades con una idea común, que otro mundo es posible, que no se va cambiar la tendencia.